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Si hablamos de resiliencia a nivel de individuos, podemos decir que la resiliencia es la capacidad que desarrolla una persona para afrontar y superar la adversidad. De esta manera, a pesar de experimentar una situación límite o compleja, la persona no se ve afectada psicológicamente por ella.
La resiliencia implica que la persona puede experimentar alguna forma de estrés o de sufrimiento, pero sabe sobreponerse a ello y también salir fortalecida de ello. Es decir, es capaz de mantener una fortaleza o un equilibrio psicológico que le ayuda a no sucumbir ante dicho evento adverso, lo cual tiene relación con las características de la confianza personal.
Un poco de etimología sobre la palabra resiliencia
Término proveniente del latín resalire, el cual hace referencia a saltar hacia atrás, rebotar, replegarse.
El prefijo re- nos indica intensidad y reiteración, y el verbo salire nos indica salir y saltar. La -a- de salire cambia a -i- en resiliencia, por apofonía (variación por evolución fonética). Y por último, el sufijo -ia indica cualidad.
Todo junto hace referencia a la cualidad (-ia) del que vuelve (re-) a saltar, rebotar o replegarse (salire) y quedar como estaba. Como una banda elástica que retoma su forma luego de ser estirada.
Origen del término resiliencia
La resiliencia es un término que proviene de la física y la química. Este se refiere a la capacidad de cualquier material para recuperar su forma inicial luego de haberse ejercido en él una fuerza que lo deforma.
Luego, en el siglo XX la utilización de este término se comienza a ampliar para hacer referencia no solo a las capacidades de los materiales, sino también de seres vivos. Indicando que, los seres vivos y los ecosistemas también poseen la capacidad de recuperar su estado inicial luego de ser sometidos a algún tipo de perturbación.
Durante la segunda mitad del siglo XX este término comienza a utilizarse en el campo de las ciencias ecológicas. En este, la resiliencia se refiere a la tendencia que tiene un ecosistema para recuperarse luego de haber sido perturbado por distintas causas (sequías, inundaciones, deforestación, fuego, polución, etcétera).
El término fue introducido por el ecólogo y entomólogo forestal estadounidense-canadiense Crawford Stanley Holling, quien en 1973 publicó un artículo que llamó Resilience and Stability of Ecological Systems (Resiliencia y estabilidad de los sistemas ecológicos).
Origen de la resiliencia en la psicología
El primero en emplear el término resiliencia en psicología fue John M. Bowlby, psicoanalista británico, creador de la teoría del apego. Sin embargo, quien dio a conocer el término de resiliencia en el campo de la psicología fue Boris Cyrulnik con la publicación de su libro “Los patitos feos”.
Boris Cyrulnik es un psiquiatra, neurólogo, psicoanalista y etólogo francés y es quien extrae el concepto de los escritos de John Bowlby. Debido a sus propias experiencias de vida ha dedicado gran parte de su carrera a profundizar en el término de resiliencia y al tratamiento de niños traumatizados.
La resiliencia en la actualidad está siendo abordada principalmente por la psicología positiva, la cual se enfoca en las capacidades y valores de los seres humanos y no en sus patologías.
Tipos de resiliencia
Debido a la expansión y popularización del término, ya que no solo se utiliza para hacer referencia a la capacidad de los materiales de ser resilientes, es que podemos identificar distintos tipos de resiliencia.
Resiliencia en ingeniería
Es la cualidad elástica de un material y la capacidad que este tiene para recuperar su forma luego de ser expuesto a una energía de deformación.
Resiliencia en ecología
Es la capacidad de los ecosistemas de regresar a su estado original una vez cesada la perturbación, sin ver afectadas sus características y funcionalidad.
Resiliencia en biología
Hace referencia a la capacidad de recuperación autónoma que tiene cualquier sistema biológico o ser vivo.
Resiliencia en psicología
Es la capacidad de las personas para afrontar y superar las adversidades sin verse disminuidas sino salir fortalecidas de ellas.
Resiliencia en sociología
Hace referencia a la capacidad de los grupos sociales para sobreponerse y salir adelante en los momentos adversos, fortaleciendo sus vínculos, función social, sistemas económicos, etcétera.
Resiliencia en el arte
Es la capacidad de una obra de arte para mantener su individualidad y particularidad, mediante la estética, a pesar de el subjetivismo.
Resiliencia en la tecnología
Hace referencia a la capacidad de los sistemas tecnológicos para resistir y recuperarse ante algún tipo de perturbación en su normal funcionamiento.
Características de una persona resiliente
A continuación, encontrarás las principales características que tiene una persona resiliente.
Acepta las dificultades o las adversidades
En el fondo hay en ella un conocimiento de que es más sano aceptar lo que ocurre u ocurrió y no entrar en conflicto con ello, y así poder seguir adelante y estar en paz. Además, la aceptación es clave en el amor propio.
Autoconocimiento
Tiene o desarrolla un alto grado de autoconocimiento e introspección, esto le aporta en general una mayor conciencia de lo que ocurre en su interior, por lo que no es indiferente a ello.
Mirada optimista
Tiene una visión más constructiva de las cosas y prefiere centrarse en lo que realmente le es útil y le aporta bienestar en vez de quejarse o lamentarse.
Posee una actitud flexible y adaptable
Como posee un alto grado de aceptación está mucho más dispuesta a adaptarse a los cambios o a las dificultades en vez de verse dominada por ello, lo cual fomenta la proactividad.
Sabe buscar ayuda
Reconoce la importancia del apoyo social o de otras personas, por lo que, cuando lo necesita no duda en buscar ayuda.
Cómo desarrollar la resiliencia
Si miras detenidamente verás que la resiliencia, es decir, esa capacidad de hacer frente a las adversidades y salir fortalecido de ellas, no tiene que ver con las circunstancias en sí, sino más bien con una cualidad interior. Y esa cualidad interior es más bien un estado de conciencia, es decir, una manera más objetiva de ver las cosas.
Entonces, el ingrediente fundamental para desarrollar la resiliencia se encuentra en ti mismo y no en las situaciones o en otras personas. Por supuesto, el entorno puede contribuir para que desarrolles esa resiliencia, pero siempre se trata de ti.
A continuación, voy a compartir contigo las claves esenciales para desarrollar la resiliencia.
Visión de las cosas
Lo primero y esencial es la percepción que tienes de las cosas, es decir, la resiliencia no se encuentra en las circunstancias sino en tu manera de percibir dichas circunstancias.
Entonces, para desarrollar una mayor resiliencia integra a tu vida diaria el hábito de ver las cosas, sobre todo las dificultades, de una manera constructiva. Tu visión o percepción de las cosas es clave, porque es lo que determina en gran medida la manera en la que vas a actuar y a vivenciar las cosas.
Por lo tanto, sé consciente de la manera en la que te planeas las cosas y comienza a verlas de una forma más objetiva y constructiva. La falta de resiliencia comienza cuando ves la adversidad como algo negativo, que no debería estar pasando y que no vas a poder superar. De esta manera, estás anulando tus recursos, esa forma de ver las cosas oculta, como un velo, las capacidades que tienes.
No se trata de no sentir miedo, ansiedad, frustración, sino de no dejarse arrastrar por ello, no dejarse llevar por los juicios e interpretaciones.
Gestión personal
Una de las características de las personas resilientes es que son capaces de aceptar las circunstancias o las dificultades, y fluyen o se mueven en función de ellas hasta que luego estas pasan. Es por esto que no se ven realmente afectadas por ellas, y esa capacidad tiene que ver con cómo gestionan internamente las situaciones.
Esa gestión que hace una persona resiliente de sus pensamientos y emociones parte de la aceptación no de la negatividad ni la reactividad. De esta manera, puede adaptarse a los cambios y a lo que requieran las circunstancias.
La clave está en aceptar lo que surge en tu interior en momentos de adversidad, pero sin exacerbarlo ni dejarse arrastrar por ello. Al aceptar, no impides que eso surja, pero tampoco lo fortaleces, solo permites, aceptas que esté ahí. Y, así como las adversidades pasan, eso que surge en tu interior también pasará.
Acciones
Y por último, las acciones.
Como podrás ver las acciones son necesarias, pero siempre son secundarias. Éstas siempre están precedidas por la conciencia de las personas, es decir, no puede realmente surgir una acción equilibrada si primero no hay equilibrio interior.
Las menciono al final porque, según las circunstancias no siempre podrás hacer algo para cambiar o para apartarte de dichas circunstancias. Por lo que, lo que te queda es aceptar lo que ocurre, lo cual fomenta tu resiliencia.
Entonces, cuando has puesto la atención en tu interior, en tu visión de las cosas y en cómo gestionas internamente las situaciones podrán surgir acciones más efectivas. Acciones que contribuyan a mejorar o superar la situación y que no la empeoren.
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