
La inteligencia emocional se ha convertido en un tema importante en distintos ámbitos en el último tiempo, ya que nos ayuda a comprender y a gestionar mejor las emociones propias y de los demás. Una cualidad que no solo facilita la regulación de las emociones, sino que mejora la interacción con otros.
Las definiciones más comunes de inteligencia por mucho tiempo siempre han hecho referencia a aspectos cognitivos como la capacidad para resolver problemas. Sin embargo, el concepto de inteligencia llevado más allá de lo intelectual fue utilizado por Edward L. Thorndike, cuando en 1920 utilizó el término “inteligencia social” para describir la capacidad de una persona para comprender y motivar a otras.
En este artículo veremos en profundidad qué es la inteligencia emocional, cómo surge o cuál es su origen, sus elementos y más.
Qué es la inteligencia emocional: definición del concepto
La definición de inteligencia emocional hace referencia a la capacidad de las personas para reconocer, entender y gestionar sus emociones para adaptarse a las situaciones. Pero también, la capacidad de reconocer y entender los estados emocionales de los demás, lo que también hace referencia a la empatía.
El concepto de inteligencia emocional involucra el aspecto cognitivo, emocional y conductual, ya que requiere que la persona reconozca y comprenda sus emociones y las de los demás. Y además, que sepa regularlas y expresarlas de manera adecuada, y así actuar o relacionarse de manera efectiva.
Entonces, cuando hablamos de inteligencia emocional ¿a qué nos referimos, qué significa?
Es la capacidad que puede desarrollar una persona para reconocer, comprender, gestionar y expresar sus emociones de manera efectiva, pero también, a la capacidad de comprender y relacionarse con las emociones de los demás de manera empática y constructiva.
En qué consiste la inteligencia emocional
La inteligencia emocional consiste en el desarrollo de ciertas cualidades personales que tienen que ver con la comprensión y expresión de las emociones y sentimientos, la independencia, la capacidad de adaptación y de resolución de problemas de forma interpersonal, la persistencia, la empatía, entre otras.
Por lo tanto, ¿qué es tener inteligencia emocional, qué significa?
Tener inteligencia emocional tiene que ver más concretamente con el desarrollo de la automotivación, la autoconciencia y la autorregulación emocional, además de la empatía y el desarrollo de ciertas habilidades sociales como por ejemplo, la comunicación efectiva.
En la práctica, la inteligencia emocional consiste en el desarrollo de la capacidad de comprender y gestionar de manera adecuada las propias emociones y de responder de manera adecuada a las de los demás, sobre todo en situaciones de presión.
Historia y antecedentes de la inteligencia emocional
Generalmente, se suele atribuir el primer uso de este término a los psicólogos Peter Salovey y John D. Mayer en 1990. Sin embargo, dentro de los antecedentes históricos se tiene registro que el término inteligencia emocional es mencionado por primera vez por Michael Beldoch en 1964, fue él quien menciona por primera vez el término inteligencia emocional en sus textos. Luego, Leuner en 1966 también había utilizado el mismo concepto.
Por lo que, podemos decir que quien propuso el término inteligencia emocional fueron Beldoch y Leuner en la década de los sesenta, aunque no llegaron a estudiar ni a desarrollar el tema en profundidad.
Además, en los antecedentes históricos de la inteligencia emocional encontramos que, Wayne Payne cita el término en 1985 en su tesis doctoral llamada “Un estudio de las emociones: el desarrollo de la inteligencia emocional”. Además, haciendo un poco de historia encontramos que Stanley Greenspan en 1989 también propuso un modelo de inteligencia emocional, al igual que Salovey y Mayer en 1990.

Origen y desarrollo de la inteligencia emocional
¿Cuál es el origen del concepto inteligencia emocional?
Podemos decir con claridad que el término inteligencia emocional tiene sus orígenes y se desarrolla en el siglo XX. En las primeras teorías psicológicas, a principios del siglo XX, se comenzó a investigar más en profundidad las emociones y el papel fundamental que éstas tienen en la experiencia humana.
Sin embargo, a pesar de que en la década de 1960 ya se había mencionado el término de inteligencia emocional, es en la década de 1980 en donde se evidencia más concretamente el origen de lo que se conoce como inteligencia emocional.
Pero, ¿cómo surge la inteligencia emocional?
En 1983 Howard Gardner es quien propone la teoría de las inteligencias múltiples, y aunque no menciona directamente el término inteligencia emocional en su teoría, sí propone la existencia de una “inteligencia interpersonal” y una “inteligencia intrapersonal”, las cuales están relacionadas a la inteligencia emocional. Por lo que, la teoría de Howard Gardner sirvió de base a otros investigadores para comprender que la inteligencia va más allá de las habilidades cognitivas tradicionales.
Entonces, ¿de dónde surge la inteligencia emocional?
En 1990 Peter Salovey y John Mayer acuñan el término inteligencia emocional y lo definen como “la capacidad de reconocer, comprender y gestionar las emociones propias y las de los demás”. Estos investigadores plantearon un modelo de cuatro habilidades principales: percepción emocional, comprensión emocional, regulación emocional y utilización de las emociones.
Salovey y Mayer utilizaron el concepto de inteligencia emocional para describir cualidades emocionales como la empatía, la compresión y expresión de los sentimientos. Además de, el respeto, el control de emociones, la capacidad de adaptación y de resolver problemas, entre otras.
Luego, en 1995 Daniel Goleman producto de sus investigaciones, sobre todo en el mundo de las organizaciones, publica su libro Inteligencia Emocional con el cual popularizó el término al punto de alcanzar fama mundial. Por lo que, si bien podemos decir que la inteligencia emocional fue difundida por Daniel Goleman, esta no fue descubierta por él.

Daniel Goleman
Dentro del campo de la psicología encontramos a Daniel Goleman, psicólogo, periodista y escritor estadounidense, uno de los principales investigadores y referentes en cuanto a la inteligencia emocional. Este se hizo conocido a nivel mundial a partir de la publicación de su libro Inteligencia Emocional en el año 1995.
Goleman describe la inteligencia emocional como la capacidad de las personas para manejar sus estados emocionales de manera que estos se expresen de una manera adecuada y efectiva. Ya que, según Goleman la inteligencia emocional es el mayor predictor del éxito en las personas.
En su libro, el autor postula que las personas más competentes no se determinan solo por el cociente intelectual, sino por la habilidad de comprender y gestionar sus emociones. Para la creación de su libro Goleman estudió el funcionamiento de varios centenares de organizaciones. Y, gracias a estas investigaciones concluyó que las capacidades más importantes en el trabajo y que pueden aplicarse a la vida en general son:
- La autoconciencia
- La automotivación
- El control de los impulsos
- La auto regulación de estados de ánimo
- La empatía
- La persistencia
- La confianza en los demás
Además, el autor afirma que estos son a su vez los elementos que componen la inteligencia emocional.
En el artículo Daniel Goleman y la inteligencia emocional podrás conocer más en profundidad sobre el autor y lo que plantea sobre la inteligencia asociada a las emociones.
Elementos de la inteligencia emocional según Goleman
Daniel Goleman afirma que la inteligencia emocional no abarca un solo aspecto, sino que se compone de cinco elementos principales. El autor señala que para ser emocionalmente inteligente es necesario desarrollar autoconocimiento, autorregulación, automotivación, empatía y habilidades sociales.
- Autoconocimiento: también denominado autoconciencia emocional. Hace referencia a la conciencia de los propios sentimientos y emociones y a la manera en la que nos influyen.
- Autorregulación: nos indica que es importante reconocer las emociones, pero también aprender a regularlas y gestionarlas de una manera útil.
- Automotivación: la automotivación hace referencia a la capacidad de una persona para mantener la motivación a pesar de las dificultades.
- Empatía: esta hace referencia básicamente a la capacidad de reconocer y comprender lo que experimenta otro, sobre todo en un sentido emocional.
- Habilidades sociales: este elemento de la inteligencia emocional hace referencia a la capacidad de interactuar con los demás de forma adecuada o equilibrada. Y esto en gran parte es posible gracias a los demás elementos de la inteligencia emocional.
¿Es posible desarrollar inteligencia emocional?
La inteligencia emocional (IE) no es una cualidad fija; se trata de un conjunto de habilidades que pueden cultivarse y fortalecerse con práctica y dedicación a lo largo de la vida. A diferencia de la inteligencia cognitiva (IQ), que tiene un componente más estable, la IE puede desarrollarse mediante estrategias conscientes y consistentes, independientemente de la edad o las circunstancias.
A continuación, te damos unas pautas generales sobre cómo puedes fomentar la inteligencia emocional de manera efectiva, para que sirva como base para un crecimiento emocional continuo.
Desarrollar mayor autoconciencia
El primer paso para desarrollar la IE es aprender a identificar y comprender las propias emociones. Esto implica prestar atención a cómo te sientes en diferentes situaciones y qué desencadena esas emociones. Algunas estrategias prácticas incluyen:
- Reflexión diaria: Dedica unos minutos al día para reflexionar sobre tus emociones, por ejemplo, cómo te sentiste durante una situación importante para ti y por qué.
- Meditación: Puedes practicar alguna técnica específica o simplemente dedicar momentos durante el día a respirar de manera más consciente, tener momentos de tranquilidad, sin distracciones. También puedes poner más atención en las actividades que realizas, enfocarte en la acción en sí, en vez de estar distraído o perdido en tus pensamientos. Esto ayuda a estar más presente y a ser más consciente de las emociones en el momento en que surgen.
- Identificar patrones: Observa si ciertas situaciones (como reuniones laborales o discusiones familiares) generan emociones recurrentes, como frustración o ansiedad, para entender mejor tus respuestas emocionales.
Mejorar la autorregulación
Ser más consciente de tus emociones hace más fácil el aprender a gestionarlas de manera efectiva. La autorregulación implica controlar impulsos, manejar el estrés y responder a las situaciones de forma equilibrada. Algunas formas de desarrollarla son:
- Pausar antes de reaccionar: Cuando sientas una emoción intensa, como enojo, date una pausa antes de responder, intenta no caer tan fácilmente en la respuesta automática o inconsciente, que finalmente genera más conflicto. Esto te da tiempo para elegir una reacción más pensada o más consciente.
- Identifica detonantes emocionales: saber qué situaciones te afectan negativamente permite prepararte mejor para manejarlas.
- Técnicas de manejo del estrés: Practica actividades como ejercicio físico, yoga o escritura. Identifica actividades que puedan ayudarte a disminuir emociones negativas.
- Establecer respuestas personales: Define cómo quieres responder en situaciones desafiantes. Por ejemplo, comprométete a mantener la calma en una discusión, incluso si te sientes atacado.
Cultivar la motivación interna
La motivación en el contexto de la IE se refiere a usar las emociones para impulsar tus objetivos, mantener el optimismo y perseverar ante los desafíos. Para fortalecer esta habilidad:
- Establece metas significativas: Conecta tus acciones con valores personales o metas a largo plazo para mantenerte motivado, incluso en momentos difíciles.
- Fomenta un pensamiento más optimista: Enfócate en las oportunidades que surgen de los desafíos en lugar de centrarte en los obstáculos.
- Reconoce tus logros: Reconocer tus avances, por pequeños que sean, refuerza tu motivación para seguir creciendo emocionalmente.
Desarrollar la empatía
La empatía, o la capacidad de comprender y compartir las emociones de los demás, es fundamental para la IE. Para mejorarla ten en cuenta lo siguiente:
- Escucha activa: Presta atención total cuando alguien te hable, sin interrumpir ni juzgar. Haz preguntas abiertas para entender mejor su perspectiva.
- Observa las señales no verbales: Aprende a leer el lenguaje corporal, el tono de voz y las expresiones faciales para captar las emociones de los demás.
- Pon atención a la perspectiva del otro: Intenta ponerte en el lugar de alguien más, imaginando cómo se siente en una situación específica.
Fortalecer las habilidades sociales
Otra manera de desarrollar la inteligencia emocional es en base a las habilidades sociales, estas permiten construir y mantener relaciones positivas. Para desarrollarlas:
- Mejora la comunicación: Practica expresar tus emociones y necesidades de manera clara y respetuosa.
- Resolución de conflictos: Aprende a abordar desacuerdos de forma constructiva, buscando soluciones que beneficien a ambas partes.
- Construye redes de apoyo: Rodéate de personas que te inspiren a crecer emocionalmente y busca retroalimentación sobre cómo interactúas con los demás.
Desarrollar la inteligencia emocional es un proceso continuo. Requiere práctica, paciencia y apertura al cambio, pero sus beneficios impactan de manera profunda en todos los ámbitos de la vida.
Para terminar…
La inteligencia emocional no es solo un concepto proveniente de la psicología, sino que se traduce en una cualidad o capacidad personal que puede aportar bienestar personal y social, principalmente desde la autorregulación emocional y desde la empatía y la comunicación efectiva.
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