Qué es la inteligencia emocional – Su importancia y características

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Que se haya creado o desarrollado el concepto de inteligencia emocional es un indicador que la psicología ha ido tomando un nuevo rumbo del que venía siguiendo. Ese paradigma centrado en lo mental, en lo cognitivo o conductual ha estado presente por mucho tiempo en la psicología, dejando de lado un aspecto muy importante en los seres humanos como los son las emociones.

En el último tiempo se ha pasado de un modelo preocupado principalmente por los trastornos mentales y por las capacidades de razonamiento, a un modelo que considera a las emociones como algo intrínseco e importante en las personas.

En 1940 David Wechsler (psicólogo rumano-estadounidense) ya reconocía la importancia e influencia de las emociones sobre la inteligencia en las personas. Además, Wechsler sostenía que los test de inteligencia no estarían completos hasta que no incluyeran y midieran el factor emocional.

Por otro lado, Howard Gardner (psicólogo, investigador y profesor estadounidense) en 1983 en su libro Inteligencias Múltiples menciona que los indicadores de inteligencia como el cociente intelectual no hacen referencia completamente a la capacidad cognitiva. Esto es porque no tienen en cuenta la “inteligencia interpersonal”, que es la capacidad de comprender las intenciones y motivaciones de otros. Y tampoco tienen en cuenta la “inteligencia intrapersonal”, que es la capacidad de la persona de comprenderse a sí misma.

Un poco de historia sobre el término inteligencia emocional

Las definiciones más comunes de inteligencia por mucho tiempo siempre han hecho referencia a aspectos cognitivos como, la capacidad para resolver problemas. Sin embargo, el concepto de inteligencia llevado más allá de lo intelectual fue utilizado por Edward L. Thorndike cuando en 1920 utilizó el término “inteligencia social” para describir la capacidad de una persona para comprender y motivar a otras.

Generalmente, se suele atribuir el primer uso de este término a los psicólogos Peter Salovey y John D. Mayer en 1990. Sin embargo, el primer uso del término inteligencia emocional ya había aparecido en textos de Beldoch en 1964, y Leuner en 1966 también lo había utilizado.

Luego, Wayne Payne lo cita en 1985 en su tesis doctoral “Un estudio de las emociones: el desarrollo de la inteligencia emocional”. Y Stanley Greenspan también propuso en 1989 un modelo de inteligencia emocional, al igual que Saloney y Mayer en 1990.

Peter Salovey y John Mayer utilizaron el concepto para describir cualidades emocionales como: la empatía, la compresión y expresión de los sentimientos. Además de el control de emociones, capacidad de adaptación y de resolver problemas, respeto, entre otras.

Con el tiempo el interés por las repercusiones que tienen las emociones en las relaciones fomentó aún más las investigaciones sobre el tema. Hasta que, en 1995 el término inteligencia emocional se popularizó gracias al libro de Daniel Goleman Inteligencia Emocional.

Daniel Goleman

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Daniel Goleman es un psicólogo, periodista y escritor estadounidense quien se hizo conocido a partir de la publicación de su libro Inteligencia Emocional en el año 1995.

En su libro postula que las personas más competentes no se determinan solo por el cociente intelectual, sino por la habilidad de comprender y gestionar sus emociones. Para la creación de su libro Goleman estudió el funcionamiento de varios centenares de organizaciones. Gracias a estas investigaciones concluyó que, las capacidades más importantes en el trabajo, y que pueden aplicarse a la vida en general son:

  • La autoconciencia
  • La automotivación
  • El control de los impulsos
  • La auto regulación de estados de ánimo
  • La empatía
  • La persistencia
  • La confianza en los demás

Según Goleman, estos son los elementos que componen la inteligencia emocional.

Por otro lado, uno de los motivos que llevó a Goleman a explorar la inteligencia emocional tiene relación con los niños. Ya que, se dio cuenta que en occidente prima el hábito de recompensar a los niños por ser mejores que sus compañeros, pero esto crea competitividad, egocentrismo y egoísmo en la vida adulta. Es por esto que su libro inteligencia emocional fue además un argumento para enseñar habilidades sociales y emocionales en las escuelas.

Qué es la inteligencia emocional

La inteligencia emocional se define como la capacidad de las personas para reconocer, entender y manejar sus emociones para adaptarse a las situaciones. Y además, reconocer y entender los estados emocionales de los demás, que es una característica de la empatía.

Esta capacidad se traduce en la práctica en la habilidad para ser conscientes del impacto que tienen las emociones en uno mismo y en el entorno. Y, gestionarlas de una manera útil y efectiva, sobre todo, en situaciones de presión.

Por lo tanto, la inteligencia emocional hace referencia a la capacidad de reconocer, expresar y gestionar los distintos tipos de emociones. Pero también hace referencia a nuestra capacidad para comprender y responder de manera adecuada a las emociones de los demás.

Daniel Goleman describe la inteligencia emocional como la capacidad de las personas para manejar sus estados emocionales de manera que estos se expresen de una manera adecuada y efectiva. Ya que, según Goleman, la inteligencia emocional es el mayor predictor del éxito en las personas.

Elementos de la inteligencia emocional

Daniel Goleman afirma que la inteligencia emocional no solo abarca un aspecto, sino que se compone de cinco elementos principales. El autor señala que para ser emocionalmente inteligente es necesario desarrollar estos cinco aspectos.

1. Autoconocimiento

También denominado autoconciencia emocional, hace referencia a la conciencia de los propios sentimientos y emociones y la manera en la que nos influyen.

Este elemento nos indica que es importante ser conscientes de la manera en la que nuestro estado emocional o anímico influye en nuestro comportamiento y en nuestra forma de relacionarnos. Para comenzar a actuar de una forma más consciente y menos impulsiva.

2. Autorregulación

El desarrollo de la autorregulación emocional junto con el autoconocimiento nos permite reflexionar y gestionar de mejor manera nuestras emociones y sentimientos. De esta manera, no nos dejamos llevar tan fácilmente por las emociones que surgen en las distintas situaciones.

Este elemento nos indica que es importante reconocer las emociones pero también aprender a regularlas y gestionarlas de una manera útil. Si surge, por ejemplo, el enfado es importante reconocerlo y expresarlo, pero no ser continuamente dominado por este ni tampoco otro tipo de impulsos.

Un aspecto importante en la regulación de las emociones es el diálogo mental que tiene la persona. Muchas veces la dificultad para gestionar las emociones se debe a un diálogo mental negativo que la persona alimenta inconscientemente.

3. Automotivación

La automotivación hace referencia a la capacidad de una persona para mantener la motivación a pesar de las dificultades. Y esto se consigue mediante el autoconocimiento de las propias necesidades y motivaciones.

Una persona que es consciente de sus verdaderas necesidades y motivaciones está motivada por cosas que están más allá de las recompensas superficiales e inmediatas. La capacidad de mantener una automotivación radica en sentir auténtica pasión por lo que se hace y por los objetivos que se plantean.

Una persona que es consciente de lo que realmente la motiva y apasiona, le es más fácil orientar sus acciones hacia actividades y personas que refuerzan esa motivación y esa pasión.

4. Empatía

La empatía básicamente hace referencia a la capacidad de reconocer y comprender lo que experimenta otro, sobre todo, en un sentido emocional. Y además de esta comprensión también implica actuar de forma adecuada en relación al estado de la otra persona.

Las personas empáticas pueden establecer vínculos más cercanos y duraderos, ya que se comunican y relacionan de manera equilibrada. Son más comprensivos, están más abiertos al diálogo y a tomar decisiones en conjunto, por lo que, mantienen un buen ambiente de convivencia.

5. Habilidades sociales

Este elemento de la inteligencia emocional hace referencia a la capacidad de interactuar con los demás de forma adecuada o equilibrada. Y esto en gran parte es posible gracias a los demás elementos de la inteligencia emocional.

Estas habilidades sociales tienen que ver con mantener una estabilidad en los propios comportamientos. Es decir, relacionarnos de forma adecuada o equilibrada con los demás independiente de la persona, el lugar o la situación.

Importancia de la inteligencia emocional

La inteligencia emocional tiene una importancia en dos niveles principalmente: a nivel personal y a nivel social. Es decir, influye en el bienestar personal y esto, a su vez, conlleva a una mejor interacción con los demás, que es el aspecto social.

A nivel personal

El desarrollo de la inteligencia emocional en las personas potencia cinco aspectos principales: el autoconocimiento, la gestión de las emociones, la automotivación, la empatía y una mejor gestión de las relaciones.

La persona con un buen desarrollo de su inteligencia emocional tiene una mejor autoestima, un diálogo interior más positivo. Por otro lado, es más empática, tiene un mayor rendimiento académico o laboral y es más resolutiva a la hora de enfrentar dificultades.

A nivel social

Producto del desarrollo de la inteligencia emocional las personas son más capaces de establecer mejores relaciones personales y profesionales. Por lo que, la importancia de la inteligencia emocional también está presente en las relaciones. Y esto abarca todo tipo de relaciones, relaciones laborales, relaciones de pareja, relaciones entre padres e hijos, etcétera.

Por el contrario, un bajo desarrollo de la inteligencia emocional puede provocar problemas constantes las relaciones tanto personales como profesionales.

Características de una persona con inteligencia emocional

Tiene mayor conciencia emocional

Esto quiere decir que no solo es consciente de su estado emocional, sino que también no se deja llevar fácilmente por ello.

Expresa sus emociones

Al ser consciente de sus emociones es que también la persona no genera ni alimenta estados mentales y emocionales negativos. Es por esto que puede expresar lo que siente de manera equilibrada porque, a su vez, no experimenta grandes altibajos emocionales.

Desarrolla una autocrítica equilibrada

La persona desarrolla una autocrítica objetiva, sin distorsionar los hechos sus pensamientos y emociones. Es capaz de reconocer cuando es necesario cambiar o modificar algo y busca la manera de resolverlo, sin quedarse en una crítica negativa o destructiva.

Predomina el optimismo y el entusiasmo

Producto de que es consciente de sus verdaderas motivaciones, de lo que la apasiona y que aquello está presente en su vida es que mantiene un buen estado de ánimo. Esto en conjunto con un diálogo interior constructivo permite que predomine un estado de optimismo y entusiasmo en la persona.

Desarrolla la empatía

La persona intenta siempre comprender y tener en cuenta la situación emocional de los demás y relacionarse de buena manera con otros. Genera un buen ambiente en sus relaciones, ya que en ella también predomina un buen “ambiente” en su interior.


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