Descubre los factores influyen en la autoestima de las personas

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Los factores que influyen en la autoestima son variados y se pueden dividir en internos y externos. Los internos, corresponden a las características personales como el temperamento, la personalidad). Y los externos, corresponden al entorno social como el núcleo familiar, ámbito educativo y laboral.

Así que si te estás preguntando ¿cuáles son los factores que influyen en la autoestima? A continuación, veremos qué factores internos y externos inciden en el desarrollo de la autoestima, es decir, que tienen gran influencia sobre la percepción y la valoración que forma una persona de sí misma.

Cómo influye la familia o núcleo familiar en la autoestima

La familia es uno de los principales factores externos que intervienen en la autoestima de una persona, sobre todo en su infancia y adolescencia. La crianza recibida dentro del núcleo familiar es uno de los elementos que influyen en el desarrollo de la autoestima.

El entorno familiar, especialmente durante la infancia y adolescencia, tiene un impacto fundamental en la formación de la autoestima. A nivel familiar podemos decir que los factores que influyen en la conformación de la autoestima son:

  • Estilo de crianza: Padres o cuidadores que ofrecen apoyo emocional, validan sentimientos y promueven la autonomía suelen favorecer una autoestima positiva. Por el contrario, un estilo autoritario o negligente puede generar inseguridad o dependencia emocional.
  • Expectativas familiares: Cuando las expectativas son realistas y se comunican con empatía, pueden motivar. Pero si son excesivas o inalcanzables, pueden generar frustración y una constante sensación de no ser suficiente.
  • Comunicación y afecto: Las palabras, gestos y actitudes familiares dejan huellas emocionales. La crítica constante, la comparación entre hermanos o la falta de reconocimiento pueden minar el valor personal.

En la infancia, los padres o cuidadores son especialmente influyentes. Un niño que escucha frases como “eres inútil” o “nunca haces nada bien” puede internalizar estas palabras, afectando su autoestima hasta la adultez. Por ejemplo, crecer en un entorno familiar donde se fomenta el amor incondicional y el reconocimiento de los logros tiende a fortalecer la autoestima. En cambio, un entorno donde predominan las críticas constantes, las comparaciones o la falta de afecto puede generar inseguridades duraderas.

Si quieres conocer más sobre aquello que fomenta una alta autoestima, puedes leer los pilares de la autoestima para saber cuáles son los aspectos en los que se basa una autoestima saludable.

En el ámbito familiar, estos son principalmente los factores que influyen en la formación de la autoestima. Y como hemos visto, estos pueden fomentar una autoestima alta o una autoestima baja.

Cómo influye el entorno social en la autoestima de las personas

Otro de los factores importantes que influyen sobre el desarrollo de la autoestima es el entorno social. Este es el factor externo que involucra los acontecimientos o vivencias que le aportan a la persona sus experiencias personales, las cuales inciden de una u otra manera en la percepción y valoración que se forma de sí misma.

Relaciones interpersonales

Las personas con las que interactuamos amigos, pareja y compañeros juegan un papel crucial en la formación de nuestra autoestima. El apoyo, la validación o, por el contrario, la crítica y el rechazo que recibimos de estas relaciones pueden moldear profundamente nuestra percepción de valía personal.

Amistades sanas, entornos que validan y respetan, y experiencias sociales positivas fortalecen la autoestima. Las relaciones tóxicas, el acoso o el aislamiento social pueden causar un profundo daño emocional.

En la vida adulta, por ejemplo, las relaciones de pareja y amistades también tienen un impacto significativo. Una pareja que se valora y se respeta mutuamente, fortalece la autoestima, mientras que una relación tóxica, marcada por el desprecio o la manipulación, puede erosionarla. La calidad de estas interacciones, más que su cantidad, es lo que determina su efecto en cómo nos vemos a nosotros mismos.

Entorno escolar y laboral

El entorno educativo y laboral es sin duda otro de los factores externos que inciden en la formación de la autoestima de las personas. Los contextos laborales y educativos son entornos clave donde la autoestima puede fortalecerse o ponerse a prueba. Las dinámicas escolares y profesionales influyen en cómo nos sentimos en relación con nuestras capacidades.

La aceptación, el reconocimiento y el sentido de pertenencia impactan positivamente; en cambio, el bullying, la discriminación o el fracaso reiterado pueden deteriorar la autoestima.

En el ámbito laboral, el reconocimiento por un trabajo bien hecho, un ambiente de colaboración o un liderazgo que fomente el crecimiento personal suelen impulsar la autoestima. Por el contrario, un entorno competitivo, un jefe crítico o la falta de oportunidades pueden hacer que una persona dude de sus capacidades.

Por ejemplo, alguien que enfrenta constantes críticas en el trabajo puede empezar a sentirse “incompetente”, incluso si tiene un historial de logros.

Por otro lado, en el ámbito educativo, las experiencias son similares. Los estudiantes que reciben apoyo de profesores y compañeros, o que logran buenos resultados, tienden a desarrollar una autoestima más sólida. Sin embargo, la presión académica, las comparaciones con otros estudiantes o el fracaso en exámenes pueden generar inseguridades.

Hay que mencionar que, los entornos educativos son especialmente influyentes en la adolescencia, etapa en la que la autoestima está en plena formación.

Cultura y sociedad

Otro de los factores que intervienen en la autoestima es sociedad como tal. La sociedad en la que vivimos impone estándares y expectativas que influyen en nuestra autoestima. Los medios de comunicación, la publicidad y las redes sociales suelen promover ideales de belleza, éxito, riqueza o felicidad que pueden ser inalcanzables o poco realistas.

Por ejemplo, la constante exposición a imágenes de cuerpos “perfectos” o estilos de vida lujosos puede hacer que las personas se sientan inadecuadas si no cumplen con esos estándares. Esto es especialmente relevante en la era digital, donde las redes sociales amplifican la presión para proyectar una imagen idealizada.

En este sentido, la necesidad de encajar, cumplir expectativas o seguir tendencias puede hacer que una persona se desvíe de sus propios valores, debilitando la seguridad en sí misma.

Además, las normas culturales relacionadas con el género, la etnia o la clase social también afectan la autoestima. Por ejemplo, en algunas culturas, las mujeres pueden enfrentar expectativas estrictas sobre su apariencia o rol social, lo que puede generar inseguridades si no se ajustan a esos moldes.

De manera similar, las personas pertenecientes a grupos marginados pueden experimentar discriminación o estereotipos que desafían su sentido de valía. La internalización de estos mensajes sociales puede llevar a una autoestima baja, aunque también puede motivar a algunas personas a desafiar estas normas y construir una autoestima más resiliente.

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Características personales que intervienen en la autoestima

Otro de los factores internos que influyen en la autoestima de las personas son directamente las propias características de las personas.

La autoestima, entendida como la percepción y la valoración que hacemos de nosotros mismos, no surge de la nada. Gran parte de cómo nos percibimos está moldeado por procesos psicológicos, pensamientos y características personales que operan desde nuestro interior. Estos factores determinan cómo interpretamos el mundo, cómo nos enfrentamos a los retos y, en última instancia, cómo nos sentimos internamente.

En este sentido, los principales aspectos que influyen en el desarrollo de la autoestima son los siguientes:

Diálogo interno

El diálogo interno, o la forma en que “nos hablamos a nosotros mismos”, es uno de los factores más poderosos que afectan la autoestima. Cuando esta voz es crítica, autodegradante o pesimista, por ejemplo, “nunca hago nada bien” o “no merezco esto”, esto puede erosionar la autoestima con el tiempo. Por el contrario, un diálogo interno positivo y constructivo como, “cometí un error, pero puedo aprender de esto” refuerza una autoestima saludable.

Por lo que, es importante ser consciente de cuáles son los pensamientos más predominantes o que más consumen tu atención.

Temperamento y personalidad

Otro de los factores que influyen en la conformación de la autoestima es la personalidad. El temperamento y los rasgos de personalidad, que tienen una base parcialmente genética, también influyen en la autoestima. Por ejemplo, las personas con una personalidad más extrovertida suelen buscar y recibir validación social con mayor facilidad, lo que puede reforzar su autoestima.

Por otro lado, las personas introvertidas o con alta sensibilidad emocional podrían ser más propensas a internalizar críticas o a sentirse abrumadas por las expectativas sociales, lo que puede afectar negativamente su autoestima.

Además, ciertos rasgos de personalidad, como el perfeccionismo, pueden tener un doble filo. Si bien el deseo de hacerlo bien puede impulsar el éxito, un perfeccionismo excesivo puede llevar a una autocrítica constante y a la sensación de nunca estar “a la altura”, debilitando la autoestima.

Comprender cómo el temperamento y la personalidad moldean la forma en que percibimos el mundo es un paso importante para trabajar en la autoestima. Por ejemplo, una persona naturalmente ansiosa puede beneficiarse de aprender a manejar su ansiedad para que no distorsione su autovaloración.

Entonces, de los factores que influyen sobre la autoestima encontramos que, las propias características (carácter, personalidad, temperamento) de la persona van desarrollando una influencia innegable en la forma que ésta tiene de percibirse y valorarse a sí misma, aunque dicha valoración sea subjetiva.

Podemos decir que estos son los elementos que influyen directamente en la formación de la autoestima, ya que son aspectos internos y personales en los que esta se sustenta, por lo que es importante tenerlos en cuenta.

Para terminar…

¿Qué factores influyen en la autoestima? Los factores internos y externos que inciden en esta tienen que ver principalmente con la familia, el entorno social y la propia persona. Estos tres factores principales están totalmente relacionados y todos tienen influencia sobre la autoestima.

Los factores externos no actúan de forma aislada, sino que se entrelazan y se refuerzan mutuamente. Por ejemplo, una persona que enfrenta discriminación en su entorno laboral (factor cultural) puede ver afectadas sus relaciones personales si comienza a aislarse debido a una autoestima dañada.

Del mismo modo, una experiencia positiva, como el apoyo de un mentor en un entorno educativo, puede contrarrestar los efectos negativos de una cultura que promueve estándares poco realistas. Reconocer el impacto de estos factores externos es el primer paso para proteger y fortalecer la autoestima. Aunque no siempre podemos controlar nuestro entorno, sí podemos elegir cómo respondemos a él, rodearnos de relaciones positivas y cuestionar los mensajes culturales que nos hacen sentir menos valiosos.


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