

La importancia de la autoestima radica en que esta hace referencia a la percepción y a la valoración global que una persona tiene de sí misma. Y, esta percepción y valoración tiene influencia en todos los ámbitos de la vida, porque la autoestima está estrechamente relacionada a la identidad de las personas.
Si una persona tiene una percepción y una valoración más bien negativa o crítica de sí misma, eso va a tener inevitablemente consecuencias en su vida en general, en mayor o menor medida. Es decir, esa percepción y valoración influirá por un lado, en la persona como tal, en el desarrollo de sí misma, y por otro lado, en las distintas áreas de su vida (familia, pareja, estudios, trabajo, etc.).
¿Por qué es importante tener una buena autoestima?
Porque la percepción y la valoración que tenga una persona de sí, determina en gran medida su salud o bienestar psicológico. Y esto a su vez, incide de manera directa en su forma de actuar en el mundo y de relacionarse con los demás.
En concreto, la importancia de tener una autoestima equilibrada permite el desarrollo de distintos aspectos personales y sociales como:
Desarrollo de la personalidad: desarrollar el carácter y las cualidades personales de una manera sana o equilibrada.
Responsabilidad y autonomía personal: una buena autoestima es importante para hacerse cargo de la propia felicidad y bienestar, lo cual a su vez facilita la aceptación y seguridad en sí mismo. Y esto permite el desarrollo y reconocimiento de recursos personales para superar las dificultades, lo que fomenta la responsabilidad y autonomía personal.
Relaciones saludables: una autoestima adecuada permite el autorrespeto y la responsabilidad personal, lo cual fomenta relaciones interpersonales respetuosas y responsables, y a su vez, evita el establecimiento de vínculos poco saludables o tóxicos. Los vínculos sanos se construyen en gran parte por personas con una buena percepción o valoración de sí mismas.
Superación de dificultades personales: con una autoestima fuerte o equilibrada es importante porque la persona puede gestionar más fácilmente las dificultades que surja en su vida. Aunque esta se pueda sentir afectada no se deprime, no se vuelve reactiva o no se paraliza ante las circunstancias, sino que busca alternativas o soluciones.
Facilita el aprendizaje: una buena autoestima también es importante porque aporta un alto grado de autoconfianza, esto permite aventurarse a nuevas experiencias lo cual le facilita la adquisición de nuevos aprendizajes y habilidades. Además, se desarrolla la creatividad y la originalidad, al tener un mejor estado de ánimo y mayor bienestar.
Mayor proyección personal: al albergar un estado de bienestar y seguridad personal, la persona se plantea nuevos objetivos y se proyecta a futuro, ya que se siente motivada por establecer nuevas metas y se siente capaz de alcanzarlas.
En conclusión
La importancia de la autoestima, más allá de centrarse en el concepto o en la definición en sí, es que hace referencia a la influencia que tiene en la vida de las personas la percepción y la valoración que estas tienen de sí mismas.
Todo esto tiene un impacto directo, aunque no inmediato, en el bienestar psicológico y físico de las personas. Es por esto que es importante tener una autoestima sana o una percepción equilibrada de sí mismo, para mantener una buena salud psicológica.
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