Emociones dimorfas: qué son, su función y cuándo surgen

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Las emociones dimorfas son aquellos estados emocionales en que la sensación experimentada no se condice con la expresión corporal de esta. Las emociones dimorfas son expresiones que a simple vista se contradicen como, llorar de alegría, pero que cumplen una función.

Ante la alegría intensa, la euforia o la profunda sensación de ternura el organismo puede recurrir a respuestas contrarias para salvaguardar el equilibrio interno. Estas respuestas emocionales aparentemente contradictorias, según estudios, representan un mecanismo natural de adaptación. Veamos todo esto con más detalle a continuación.

Qué son las emociones dimorfas

Las emociones dimorfas hacen referencia a emociones que se expresan de manera diferente o contradictoria, por lo que, más que emociones son más bien expresiones dimorfas. Las expresiones dimorfas son respuestas contradictorias en relación al estado emocional que se pueda estar experimentando en el momento.

Algo que grafica esto es cuando una persona tiene una determinada emoción, pero la expresa de una manera distinta o contradictoria, por ejemplo, llorar de alegría o reír al sentirse nerviosa.

Se les llama emociones o expresiones dimorfas porque presentan dos aspectos distintos o contradictorios, es decir, la emoción es una pero su expresión es otra. En el caso de la persona que llora de alegría o felicidad, se considera una expresión dimorfa porque la alegría se está expresando con llanto. Entonces, se considera contradictorio (expresión dimorfa) ya que el llanto se tiende a asociar a la tristeza.

Por lo tanto, las emociones dimorfas son reacciones o manifestaciones físicas contradictorias o contrarias a la emoción que se está sintiendo en el momento, como una manera de regular dicha emoción intensa.

¿Cuál es la función de las emociones o expresiones dimorfas?

La función o el objetivo de las emociones dimorfas es restaurar o mantener el equilibrio emocional, es decir, regular una emoción intensa cuando conscientemente la persona no es capaz de hacerlo.

El caso más habitual es el de la alegría, por ejemplo, cuando una persona experimenta una intensa alegría el organismo tiende a sobresaltarse, y la persona tiende a perder la capacidad de actuar y de pensar de manera equilibrada o razonable. Entonces, las expresiones dimorfas tienen la función de regular dicha intensidad emocional con una respuesta contraria, para que la persona recupere o no pierda el control y su organismo mantenga un funcionamiento óptimo.

Por ejemplo, en una situación de alegría intensa o extrema surge el llanto y brotan las lágrimas, como un mecanismo de autorregulación emocional que viene a regular y a mantener el funcionamiento adecuado del organismo.

Otro ejemplo de esta función de autorregulación de las emociones dimorfas es cuando surge un cierto grado de agresividad ante situaciones de ternura, denominado como “cute-aggression” (agresión tierna). Una situación común que permite graficar esto es, cuando se experimenta un impulso incontrolable por pellizcar las mejillas de un bebé que parece adorable o ganas de apretar a un cachorro que parece muy tierno.

Por lo tanto, una intensa alegría puede generar llanto, o, una intensa sensación de cariño o ternura puede generar un comportamiento un tanto agresivo, como los pellizcos. Estas son expresiones dimorfas que tienen como objetivo regular la intensidad de dichas emociones intensas con una reacción que puede parecer contradictoria.

De esta manera, el organismo y la persona puede mantener su capacidad de respuesta y adaptación ante la situación. Según los estudios, este parece ser un mecanismo natural del cerebro para mantener la homeostasis o un equilibrio interior.

¿Cuándo surgen las emociones dimorfas?

Las emociones o expresiones dimorfas pueden surgir en distintos contextos, ante emociones positivas y negativas. Suelen surgir ante situaciones de intensa emoción, pero también pueden ser consecuencia de situaciones estresantes.

En general, estas tienden a surgir con mayor facilidad cuando la persona ha atravesado situaciones de estrés o tensión recurrentes, o, cuando ha realizado un gran esfuerzo para alcanzar un logro considerado como importante.

Algunos ejemplos en los que suelen surgir estas expresiones dimorfas son ante algún tipo de victoria personal o profesional, ante la consecución de algún logro o premio, ante la presencia de alguna persona o animal que nos cause ternura o cariño. O, en escenarios más desfavorables, ante una situación que nos parece muy preocupante o amenazante.

Por lo tanto, las emociones dimorfas suelen surgir cuando se experimentan emociones fuertes, ya sea en situaciones positivas como negativas. Por ejemplo, la risa sería una expresión dimorfa de la emoción de miedo, ante una situación en la que nos sentimos muy nerviosos o preocupados.

Investigaciones sobre las emociones dimorfas

Las investigadoras que lideraron el estudio de las emociones dimorfas son Oriana Aragón y Rebecca Dyery, dos psicólogas que realizaron un estudio en la Universidad de Yale en Estados Unidos y, quienes publicaron el estudio en el periódico de la Association for Psychological Science.

En sus experimentos, realizaron pruebas con un grupo de personas a las que les mostraron distintas fotografías de animales en situaciones divertidas, neutras y de ternura. Y según sus resultados y conclusiones, comentan que las situaciones emocionales muy intensas pueden generar emociones dimorfas, o, expresiones emocionales contradictorias.

Por ejemplo, querer pellizcar o apretar fuerte (agresión – expresión dimorfa) ante la presencia de un bebé o animalito (ternura o cariño). También denominado o acuñado en el término cute-agression o agresión tierna. Por supuesto, esta “agresión” la mayoría de las veces es inofensiva, es una manera de regular la intensa ternura o cariño que se siente.

En conclusión

Las emociones dimorfas son más bien expresiones dimorfas, es decir, ante una intensa emoción surge una reacción corporal distinta o contraria a la emoción experimentada. Estas tienen como función principal mantener el equilibrio emocional interior y facilitar la adaptación a situaciones que pueden generar una alta carga emocional.


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